La película esta basada en la historia real de la familia Perron y sus encuentros sobrenaturales en su casa de Rhode Island. Ed y Lorraine Warren, investigadores de renombre en el mundo de los fenómenos paranormales, son llamados por una familia aterrorizada por una presencia oscura en una granja aislada. Obligados a enfrentarse a una poderosa entidad demoníaca, los Warren se encontraron atrapados en el caso más terrorífico de sus vidas.
El visionario director de Saw, James Wan, nos presentó una nueva manera de hacer cine de terror, en este caso jugando con anticiparse a las sensaciones del espectador, haciendo de esta saga una de las franquicias más rentables y que, en su origen, fue una revolución,diluyéndose como es lógico ante tantas partes.
Los espectadores de cine de terror son consumidores leales pero no por ello conformistas, es por eso que en el calor de la cartelera más comercial se cuela una cinta con mucho parangón. Para los que aborrecemos el cine de terror por su falta de originalidad y que justo en el principio ya sabemos cómo va acabar, tenemos una nota de color con un resultado efectivista.
Los Warren no son exorcistas, ni se nos presentan como los Mulder y Scully del terror; son una familia que persigue fenómenos paranormales y busca rescatar vidas despojadas por las fuerzas malignas.
Ese toque familiar los hace cercanos y se les presenta el caso de los Perron, una casa inquietante que esconde una historia trágica que les perseguirá.
Reconozco que me pasé el film diciendo qué iba a pasar, suelo hacerlo en filmes de terror (que me perdonen sus fans) pero resultan más previsibles que una comedia americana. No acerté ni una y es sólo por un motivo, se anticipa al movimiento del espectador con un juego de cámara perfecto que conjuga tensión con terror en estado puro.
Escenas recurrentes pero con distinto final y con profunda convicción de que el terror es posible, que los trazos del pasado hitchconiano hacen su cameo y que las facciones de Vera Farmiga (La mujer warren) son translúcidas y que sus ojos reflejan el miedo más absoluto.
Mi miedo era precisamente no pasar miedo y acabar dormido, pero el efecto fue viagra. Mis ojos como platos hicieron seguimiento fotográfico de cada movimiento, causando pavor y expectación en cada escena.
Muchos dirán que soy exagerado, pero son años sin sentir estas emociones, porque para mí el cine de terror era insultante y pura parodia.
Demostración de que trasladar miedo a la pantalla es posible. Háganse un favor y ambienten su salón o sala de cine de la manera más lúgubre posible y viajen sin miedo al pasaje de los Warren.
Entretenimiento asegurado.
NOTA: 7
LO MEJOR: Sus movimientos entremezclados, la rapidez y la pausa son dignas de mención
LO PEOR: El final
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ResponderEliminarHola Jose;
EliminarTu iniciativa me parece perfecta desde tu punto de vista y bien enfocada.Pero mi blog esta exhento de publicidad. Mi satisfacción personal además de las visitas,es compartir mi pasión por el cine.Me han llegado a ofrecer dinero por poner publicidad y la respuesta siempre es la misma. No es la idea inicial,compartir pensamientos para entrelazar emociones,sin más. Te agradezco el tiempo invertido en mi pero mis pensamientos mueven mi mundo cinéfilo.
Un saludo.
Ezequiel